Artista Plástica, Buenos Aires, Argentina.
Nací en 1971 y en 1975 sufrí la hermosa desgracia de enamorarme perdidamente de Astroboy….
Astroboy y dibujo iban de la mano, por eso me sumé con crayones y acuarelas.
Crecí… los crayones y acuarelas se convirtieron en óleos y acrílicos y tuve muchos, muchos amores no menos irreales, ni dibujados que mi héroe japonés, en el amor y en la plástica sigo intentando y cuando pinto (no se si bien o mal),de vez en cuando recuerdo el encantador sonido de las botas de mi Astro.
A las palabras se las lleva el viento, predicó mi abuela toda su vida entre suspiros, En su cama de laguna, inerte y ciega al ojo humano, en su mundo de rayuela indecifrable, se amigaba con el viento.. se amigaba con el viento que guardaba en remolinos sus palabras y sus dichos de otro siglo. ... y corría descalza su secreto escondido.. ...y entonaba sus charlas.. ...y cazaba sus chistes.. ..y cantaba sus cuentos.. Entre idas y venidas las llevaba, las traía, las soplaba, se volaban, se volaba, las corría, las ganaba, las perdía ...se perdía..la perdía ... y me decía a las palabras no se las lleva el viento, sólo las pasea .Todo ,Todo se lo lleva el tiempo.
EL LUDO DEL LOBO
Lobo, lobo, lobito... ¿jugamos al ludo? ...una tirada... dos tiradas... me sacás ventaja te diste vuelta, me hiciste sungudrúle
lobo, lobo, lobito... ¿jugamos al ludo? ...una tirada... dos tiradas... te saco ventaja te saco la lengua me cepillo los dientes me recepillo de risa.
La mosca dijo es mentira, no quisieras ser mosca si vieras el mundo con todos mis ojos no podrías ni llevarte el pulgar a la boca. Pegada a la miel quedo para que alguien fastidiado por mi sola existencia, se fascine inmaginando arrancarme las alas.
CAFE NEGRO
Muda en la ventana, estaba la noche teñida de luto, vestida azabache, sin astros de escoltas, mas negra que nunca.
Tomamos café... no hablamos de nada... nos miramos fijo, con ojos de vidrio, sin astros de escoltas !!!SE NOS VE TAN NEGRAS!!!
Noche negra !!!NEGRA HERMOSA!!! Esta hermosa negra noche, será nuestra noche, sin astros de escoltas, con luces de ideas será la velada.
Parece ser que después de haberse comido a Caperuza, el lobo nunca recuperó el aullido. Hasta que un día vagando por los Alpes Suizos vió a Heidi ordeñar una cabra y no pudo resistirse a invitarla a cenar. En la miseria del crepúsculo, el lobo preparó ensalada de cebolla y pera. Se miraron tímidamente, éste aulló. se hizo presente la canción de los despojos, El perfume del deseo, El licor del sexo, La risa de los abismos... ... y... aunque ... dudó por un momento, Heidi cocinó al lobo y después se lo comió.